Su peculiaridad reside en su temperatura extremadamente baja de -78,5°C y su proceso de sublimación, es decir, su capacidad para pasar directamente del estado sólido al gaseoso. Este cambio de estado, que se produce sin pasar nunca por la fase líquida, es la razón por la que se denomina "seco" y lo convierte en un agente refrigerante excepcionalmente limpio y eficaz. Al no dejar humedad residual, permite enfriar o congelar los productos sin humedecerlos, preservando perfectamente su integridad y calidad.
Gracias a estas características, el hielo seco se utiliza en numerosas aplicaciones que van mucho más allá de su simple uso como refrigerante. Su bajísima temperatura garantiza un poder de enfriamiento intenso e inmediato, esencial para la cadena de frío en las industrias farmacéutica y alimentaria, preservando la integridad de los productos sensibles. Por otra parte, su capacidad para sublimar sin dejar rastros de humedad es el secreto del chorreado criogénico, una limpieza profunda y no abrasiva que no genera residuos. Esto la convierte no sólo en una solución eficaz, sino también respetuosa con el medio ambiente y segura, capaz de optimizar los procesos de producción sin introducir contaminantes ni residuos adicionales.
El hielo seco es la solución definitiva para la gestión de la cadena de frío, indispensable para el transporte de productos altamente perecederos. Su potente capacidad de enfriamiento, combinada con su propiedad única de sublimarse sin dejar residuos líquidos, lo hace insustituible para el transporte de alimentos frescos, medicamentos sensibles a la temperatura, muestras biológicas y cosméticos. Este método garantiza el mantenimiento de temperaturas criogénicas constantes dentro de un envase isotérmico, preservando de forma óptima la calidad, seguridad y eficacia del producto hasta su destino, sin riesgo de contaminación por humedad.
En la limpieza criogénica, o criopulsación, se proyectan gránulos de hielo seco a gran velocidad sobre la superficie a tratar. El impacto genera un doble efecto: el choque térmico congela y descompone el contaminante, mientras que la posterior sublimación instantánea del CO₂ combinada con la acción del aire comprimido "elimina" el contaminante de la superficie a limpiar sin ninguna acción abrasiva.
Este método elimina eficazmente la pintura, el aceite, la grasa y los residuos de producción de moldes y maquinaria compleja, garantizando una limpieza en seco respetuosa con el medio ambiente sin necesidad de desmontar equipos ni utilizar productos químicos nocivos.
En los procesos de producción de panaderías, fábricas de pasta e industria alimentaria, la acción mecánica de las amasadoras genera un calor por fricción que corre el riesgo de sobrecalentar las mezclas, desencadenando una fermentación prematura e incontrolada.
El uso de hielo seco permite eliminar instantáneamente este exceso de calor, manteniendo la temperatura ideal para la elaboración. Al sublimarse sin liberar agua, no altera la hidratación ni el equilibrio de la receta, lo que garantiza un control perfecto del proceso de leudado y una calidad estándar del producto final en términos de textura y sabor.
En la industria del plástico y la fundición a presión, la limpieza de los moldes de inyección es una operación crítica que puede provocar largas paradas de producción. El hielo seco, aplicado mediante limpieza criogénica, permite realizar este mantenimiento directamente en la prensa, incluso con un molde caliente, eliminando eficazmente los residuos de polímero y los agentes desmoldeantes.
Al tratarse de un proceso completamente seco y no abrasivo, no desgasta las superficies de los moldes ni requiere tiempo de secado, lo que reduce drásticamente los tiempos de inactividad de las máquinas y maximiza la productividad horaria. Gracias a la criolimpieza, la limpieza con ultrasonidos o con máquinas e instalaciones de lavado y desengrase de metales y piezas mecánicas en general (lavametales) puede reducirse considerablemente.
En el contexto industrial, la limpieza criogénica es una solución eficaz y segura para el decapado de superficies complejas. El contacto entre los gránulos de hielo seco y el residuo genera un fuerte choque térmico, que vuelve quebradizas sustancias resistentes como adhesivos, siliconas, cauchos y pinturas. La energía cinética del chorro completa la acción, rompiendo y eliminando los contaminantes sin afectar al sustrato.
A diferencia de los métodos tradicionales basados en disolventes químicos, el criopulido no utiliza COV (compuestos orgánicos volátiles), que se sabe que son nocivos si se inhalan y potencialmente peligrosos para la salud de los operarios y el medio ambiente. En su lugar, utiliza CO₂ - un gas presente de forma natural en la atmósfera- que se sublima sin dejar residuos ni generar desechos líquidos. Este enfoque mejora la seguridad en el lugar de trabajo, reduce el impacto medioambiental y consigue una limpieza eficaz incluso en componentes delicados o equipos de alta precisión.
Su uso en chorreado criogénico es un poderoso aliado en los protocolos de remediación. El choque térmico generado por los gránulos congela y embrutece las colonias de moho y las biopelículas bacterianas, mientras que la sublimación posterior las "arranca" literalmente de las superficies. Esta profunda eliminación física, que se produce completamente en seco y sin crear residuos, deja al descubierto el sustrato subyacente, haciéndolo perfectamente receptivo a los tratamientos posteriores con biocidas, que completan el proceso de higienización eliminando todos los rastros microscópicos e impidiendo futuras proliferaciones.
En los sectores de la electrónica y la automoción, donde los componentes están sometidos a fuertes fluctuaciones de temperatura, el hielo seco es una herramienta clave para las pruebas de estrés y fiabilidad. Se utiliza para inducir un choque térmico controlado enfriando rápidamente placas de circuitos impresos, sensores u otras piezas sensibles de forma localizada. Este proceso permite simular las condiciones de funcionamiento más extremas, identificando en una fase temprana microfracturas, defectos de soldadura o debilidades del material que podrían causar fallos en el producto final.
Cuando el hielo seco se sumerge en agua caliente, su rápida sublimación genera una espectacular niebla blanca, densa e inodora, que crea un impresionante impacto visual. Este humo escénico, al ser más frío y pesado que el aire, tiende a permanecer a baja altura, formando una fascinante "alfombra de nubes" que envuelve la escena.
Gracias a este efecto mágico y misterioso, es una herramienta insustituible en el mundo del espectáculo, utilizada en teatros, conciertos, platós de cine y parques temáticos para crear atmósferas de ensueño, así como en eventos y bodas para proporcionar momentos inolvidables, como el icónico "primer baile en las nubes".
Las ventajas estratégicas del hielo seco de DKR - SIAD Partner:
- Máxima eficacia
Enfría de forma instantánea y potente, sin dejar humedad: perfecto para cadenas de frío, criogenización y control de temperatura en masas.
- Seguridad certificada
No es tóxico, no es inflamable, es apto para uso alimentario y también puede utilizarse en entornos con componentes electrónicos sensibles o alimentos.
- Sostenibilidad circular
Producido con CO₂ recuperado de procesos industriales, contribuye a una economía más sostenible y responsable.
- Formatos versátiles y especializados
Disponible en gránulos de 3 mm para limpieza criogénica, gránulos de 16 mm para cadena de frío, bloques o gránulos para transporte y aplicaciones térmicas.
- Logística "justo a tiempo
Nuestro almacén operativo en Rescaldina (MI), a sólo 20 km de Malpensa, permite entregas rápidas y puntuales en toda Lombardía y el norte de Italia.
- Asesoramiento y asistencia técnica
Le ayudamos a integrar el hielo seco en sus procesos de producción o logística, optimizando los costes, el rendimiento y la seguridad.
Via Grigna, 60 - 20027 Rescaldina (MI) - ITALIA
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